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El comentario de hoy, jueves 13 de junio 2024

Como ya es común en todo proceso electoral, en tanto las aguas se asientan, van surgiendo irregularidades. Los partidos de la coalición Fuerza y Corazón por México, documentaron presuntas anomalías que, al parecer, ya han sido subsanadas con el conteo de votos. Nada tan inaceptable que un árbitro electoral, cuyo papel debe ser el apego a la legalidad, la imparcialidad y la certidumbre, esté bajo sospecha de fraude.

En Oaxaca, el triunfo del partido Movimiento de Regeneración Nacional –Morena- es indiscutible. Varios candidatos y candidatas a senadurías, diputaciones federales y locales, ganaron sin hacer campaña, menos de recurrir a la sofocante publicidad. Triunfó pues, la marca, no los actores, muchos de ellos desconocidos que, por su perfil, no tienen ni remota idea del papel que habrán de desempeñar.

A lo largo de al menos seis meses, entre ellos, el tiempo que marca de la ley electoral vigente, vimos la repetición, el dejá vù de los viejos moldes de la hegemonía priista: el acarreo, el uso indiscriminado de los programas sociales, la injerencia permanente del presidente de la República y, en días previos a la votación, la aberrante intimidación y compra de votos. Factor indiscutible de ello, fue la abierta participación del crimen organizado.

No sólo en México, sino en los países con los que se tiene relaciones comerciales, existe preocupación respecto a la posibilidad de que Morena tenga mayoría calificada en el Congreso de la Unión, es decir, que se ponga en tela de juicio nuestra incipiente democracia. Se perfilaría pues, una especie de dictadura, ante una camada legislativa sobrada, sumisa, abyecta y convenenciera, presta para apuntalar una autocracia, que nos llevaría a niveles similares de Cuba o Venezuela.

Ello sería una lamentable regresión, violatoria a la Constitución, al Pacto Federal y a la división de poderes. Sin contrapesos y habiendo abolido la ley de amparo y los órganos autónomos, se estaría forjando un gobierno absolutista, afianzado por los poderes fácticos que han co-gobernado en los últimos años en el país. Me refiero a los grupos criminales. Por fortuna los intentos y amagos legislativos recientes, han tenido repercusiones en los mercados que, al final, con el entorno internacional, podrían salvar a México.

Es importante hacer una reflexión. Según datos del INEGI, México tiene 129 millones de habitantes, de los cuales, 98 millones forman el padrón electoral. El Instituto de los Mexicanos en el Exterior registra que casi 12 millones de mexicanos viven fuera de México; el 97.79% radica en los Estados Unidos de América. De los que votaron, lo hicieron en contra de Morena.

El porcentaje de votantes el 2 de junio fue ligeramente superior al 60%. ¿Y el 40% restante? Es decir, hay un porcentaje importante que no otorgaron su voto a ningún candidato. Existe pues, aún, desconfianza en los partidos políticos y candidatos que no representan a nadie, más que a sus propios intereses. (JPA)

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